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Essential Killing: SKOLIMOVSKI = CINE

Para nosotros la mejor película del Festival !!!

Jerzy Skolimovski
Óptimo guión, actuación magistral del italo-americano Vincent Gallo,(no dice una sola palabra en todo el film), profundidad poética y filosófica con contexto de actualidad geopolítica en esta obra esencial del autor de "El alarido" y de numerosos guiones utilizados por Roman Polanski su compañero en la escuela de Lodz, la esposa de éste, Emanuelle Seigner completa el elenco, también sin decir palabra, interpreta a una sordomuda que asiste al protagonista cerca del final de su camino de "esencialmente muerto".
Wald Fulgenzi

Y de la página oficial:
Un hombre es apresado por las fuerzas norteamericanas en un espacio y tiempo poco definidos. Detalles nimios al momento de enfrentar a la férrea voluntad de supervivencia con un camino en que la batalla se libra sin más leyes ni refugio que el de la religión. El prolífero director polaco, Jerzy Skolimovski, pone en el centro de la escena a Mohammed (Vicent Gallo) en una fuga frenética, en el que el único objetivo es ganar la eterna batalla de la vida contra la muerte. En este raid instintivo de conservación, no hay lugar para ningún cuestionamiento moral, ni miramientos. Sí, un desdibujamiento de las formas de la condición humana, reducida a su mínima expresión, la bestialidad pura. Essential Killing es un relato político despiadado, en el que la potente fotografía juega un rol fundamental en la construcción de esos climas asfixiantes y bellamente brutales.

25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata - OUTRAGE


BEAT TAKESHI : EL regreso de un grande!


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Japón

2010 / 109' / HD / Color/ Japonés

D, G, E: Takeshi Kitano

F: Katsumi Yanagijima
DA: Norihiro Isoda
S: Senji Horiuchi
M: Keiichi Suzuki
P: Masayuki Mori, Takio Yoshida
CP: Bandai Visual, TV Tokyo,
Omnibus Japan, Office Kitano
I: Beat Takeshi, Kippei Shiina,
Ryo Kase, Tomokazu Miura, Jun Kunimura




Todos conocemos a Takeshi Kitano. Hace tiempo que no sobrevuela las heladas aguas del cálculo yakuza, pero ha decidido una nueva –¿o última?– zambullida. El nombre es Outrage y trata de una serie de venganzas en la estructura mafiosa, de cambios de poder, de construcción de influencias. A imagen y semejanza del universo de las altas finanzas –otra especie de mafia–, estos gángsters tratan de encontrar su conveniencia económica sin hacer caso del viejo código de lealtades. En ese sentido, Otomo (Kitano) es un dinosaurio, un hombre de otra época que todavía se maneja con los viejos códigos y su arma no es sólo la violencia –que ejerce en la medida justa– sino también la astucia del jugador de ajedrez. Es cierto que hay momentos hilarantes (la manera en que introduce a uno de los suyos en el burdel de un rival al principio del film, sin ir más lejos, o la compra directa de una embajada de un país insignificante para transformarla en casino); es cierto, a su vez, que, fiel a sí mismo como realizador, aparecen secuencias melancólicas. Sin embargo, predomina una frialdad notable, una especie de despedida respecto de un universo que ya no es el submundo donde las pasiones humanas encontraban su modo de representación, sino apenas lo mismo que la gran empresa, salvo que con venganzas un poco más sangrientas. El crimen organizado tiene, con otras actividades económicas, apenas una diferencia de grado. Kitano sigue siendo inventivo a la hora de encontrar soluciones formales y en la escritura del intrincado guión, que de todos modos se vuelve diáfano con el correr del film. Pero el tono es novedoso: el humor negro ya no causa gracia, sino que es principalmente patético (ver cierta guarnición de dedos humanos en cierto plato de cierto restaurante). Y lo cotidiano sigue allí, como una pintura ya no indiferente del drama criminal sino impotente ante él. La muerte de los honorables, de todos modos, sigue siendo triste. Casi, casi, una elegía.